
La verdad, cuando el metro va muy lleno, es imposible zafarse de aquellos alérgicos a la pasta de dientes. Así que hago mio el grito de ¡una persona, un cepillo de dientes!


Hace una semana que tengo kaput el ordeñador, justo, justito el día que iba a actualizar. Y ya he resuelto el problema del scaner, lo voy a hacer con Ambrús, mi esforzado profesor de trompeta y solfeo, porque, si, también me ha dado por el solfeo, mejor eso que... que... bueno, el gato es mio y no se hable más. En cuanto tenga el ordenador en casa colgaré alguna foto.