Los viajes imposibles (18). El chino

En las tripulaciones es muy frecuente encontrar marineros de distintas nacionalidades, así que no puedo dejar pasar la oportunidad de colocar un chino. En el cuento, lo que dice este marinero es "muy bien". Lo digo por los que no sepais leer chino.

Los viajes imposibles (17). En las cuerdas

De las pelis de piratas, lo que más me llama la atención son esos marineros que suben por las cuerdas para arriar velas. Siempre me he preguntado si no tendrían vértigo. ¿vosotros no?.

Zapatos nuevos

Cuando llueve siempre me acuerdo del momento en que decidí comprar mis nuevos zapatos. De esto hace un año y no me arrepiento nada, nada, nada. Y es que son prácticos a la par que elegantes.
(Hoy no tenía ganas de hablar de Beaufort)

Los viajes imposibles (16). El cocinero

Una tripulación necesita comer, a mí, además me gusta mucho cocinar. Así que otro personaje es el cocinero. Es un cocinero nervios porque cocina con muchos fuegos a la vez y está atendiendo varios platos al mismo tiempo. Si yo hago eso seguro que alguno acabará caribeño por demás.

Los viajes imposibles (15). El resfriado

Durante esta época del año me convierto en un fan de los clinex, por eso no podía dejar pasar la oportunidad de hacer un pequeño homenaje en el libro a todos aquellos alérgicos y resfriados pañuelodependientes. Y si, este personaje se me ocurrió en esta época del año.

Los viajes imposibles (14). La rata

Si hay un perro, y un gato, lo lógico es que haya una rata. Cuando vivía en San Sebastián (Guipuzcoa) muchas tardes me iba a patinar, supongo que por eso he diseñado en un principio a la rata así aunque al final no he podido incluirla en ningún dibujo patinando.

Los Viajes Imposibles (13). Mahon

Como el barco de Beaufort pasaba por Menorca, y María vive allí dedidí ir a tomar algunos apuntes de la isla. M. me llevó a conocer a Gario que es el patrón de los catamaranes amarillos en Mahón. Me llevo a dar una vuelta en uno de ellos (junto con varios turistas) para conocer El Lazareto acompañado de María. Mientras pilotaba nos iba contando chascarrillos de la zona. ¡Gracias Gario!